La deshidratación puede ser mortal y para la mayoría de nosotros es complicado saber cual es la cantidad exacta de agua qué nos ayuda a mantener nuestro cuerpo en funcionamiento. Para facilitárnoslo, un par de investigadores de la Universidad de New Hampshire desarrolló una herramienta simple para medir la deshidratación y brindar recomendaciones para un consumo de agua saludable a individuos sanos y activos.
La cantidad de agua qué requerimos para mantenernos adecuadamente hidratados depende de los cambios fluidos de temperatura y peso del cuerpo, la intensidad y duración del ejercicio, así como los comestibles qué se consumen durante el día. El 66% del cuerpo es agua, pero puede fluctuar en una variedad de formas. Es confuso, pero los cientificos creen qué han descubierto 2 formás de eludir la deshidratación.
Para el estudio, los cientificos midieron el contenido total del contenido de agua en un individuo, el cual puede variar entre seiscientos y novecientos mililitros y llenaron los espacios del agua adicional qué el cuerpo necesitaba. Después midieron la cantidad de fluidos qué consumía el individuo en un día – no sólo agua, sino otras bebidas y alimentos: después, qué tanto se expulsaba la ir al baño. Descubrieron qué el consumo de fluidos puede ser medida tanto por el volumen liquido, como el agua como por la pérdida a través de la excreción.
Mantener el cuerpo en balance es clave para la deshidratación, debido a qué los individuos pueden ingerir más o menos agua de la necesaria. Básicamente pregúntate ¿estoy tomando suficiente agua?: es una forma fácil de determinar si tu ingesta y expulsión de agua es toma en cuentada saludable, usualmente entre ocho vasos de agua al día.
Acorde con la Clínica Mayo, la deshidratación puede causar complicaciones serias. Si no tomás suficientes fluidos al ejercitarte, puedes terminar perspirando demasiado y con calambres por el calor o experimentar un potencialmente mortal golpe de calor.
No tomar suficiente agua también puede provocar convulsiones. Los electrolitos, como el potasio y el sodio, ayudan a llevar las señales eléctricas de célula a célula. Si los niveles de electrolitos están fuera de control debido a la deshidratación, entonces las señales puede ser equivocadas y generar contracciones musculares involuntarias, pérdida de consciencia e incluso convulsiones.
Una de las consecuencias más serias de la deshidratación es un shock hipovolémico, qué es cuando el volumen de la sangre provoca qué la presión sanguínea caiga en picada y la cantidad de oxigeno en el cuerpo disminuye. Fallas renales, entrar en coma y la muerte también son inminentes para aquellos qué pasan vastante tiempo sin tomar agua.
En el otro extremo, consumir demasiada agua también te puede matar. La intoxicación fatal por agua sucede cuando los electrolitos pierden el balance, semejante a lo qué sucede durante la deshidratación.
Los riñones controlan la cantidad de agua, sales y otros fluidos qué son filtrados y expulsados del cuerpo. Cuando una persona toma demasiada agua en un periodo corto de tiempo, sus riñones no pueden seguir el ritmo. Se convierte en una lucha filtrarla de la sangre y expulsarla, causando qué la sangre se llene de agua y se expulsen grandes cantidades de sal.
El exceso de agua deja la sangre y entra a las células, qué se hinchan como un globo y causan un grupo de efectos adversos similares a la deshidratación.
Tomar poca o mucho agua es peligroso, y en casos extremos, mortal. La cantidad exacta te ayudará a mantener un estilo de vida activo y saludable.
