De hecho, acorde a su nuevo estudio, la crueldad es un intento deliberado de no hacer caso al instinto natural humano por hacer el bien.
Los cientificos buscaron averiguar si la amabilidad era o no una porción integral de la naturaleza humana o en realidad se traba de una divergencia del orden natural. Por lo que desarrollaron un juego para medir el comportamiento altruista o desinteresando de los implicados, a diferencia de experimentos previos, en este modelo se le concedía a los implicados jugar más de un juego a la vez. En algunos, se premiaba el comportamiento altruista, pero en otro no. Esto significó que los individuos no podían tener una estrategia y se verían obligados a reajustarse con cada movimiento.
El equipo de científicos descubrió que 2 patrones de comportamiento comunes comenzaron a formarse: los jugadores que confiaban en el instinto para tomar sus decisiones tendían a provenir de un ambiente amistoso y de apoyo, habiéndose visto beneficiados por la generosidad en el pasado. Como resultado, era más probable que fueran bondadosos con los demás, sin importar si serían beneficiados o no.
Por otra parte,, los individuos que confiaban más en la estrategia, e intentaban descifrar si un movimiento los beneficiaría o no, tendían a provenir de un entorno mucho más hostil. Sin una ganancia personal de por medio, los implicados estratégicos bloqueaban su instinto natural de ser cooperativos. Los individuos que son deliberadamente poco cooperativos, también terminan actuando egoístamente en instancias que de otras forma los beneficiaría.
¿Por qué el ser humano evolucionó para tener una inclinación hacia el altruismo y la ayuda mutua?
El reconocido científico Charles Darwin pensaba que la naturaleza favorecía a la ayuda mutua porque insta a las personas a cooperar y ayudarse los unos a otros, lo que termina por sumar las probabilidades de supervivencia de la especie.
El reporte ha sido presentado en el periodico PNAS.
Fuente Conocimiento General
